INTENSA MIRADA

La mirada del fotógrafo es intensa, pero no porque sea capaz de apreciar los colores y los contrastes, identificar las escenas y los objetos que compone dentro del cuadro u ordenar las prioridades de la imagen.

Es intensa porque el  fotógrafo pone algo de sí en cada toma, se involucra con la vida que lo rodea y comparte de alguna manera los sentimientos o las emociones de aquello que mira y que, por lo tanto, lo alcanza.

El lente de la cámara no es una barrera sino un puente a través del cual recibimos un mensaje de
belleza o de angustia, de felicidad o de dolor; los extremos de la experiencia humana están allí expuestos, tal cual lo están la naturaleza y el universo de los que formamos parte.

Y es también la  extensión de nuestra propia naturaleza, porque  miramos y fotografiamos aquello que repercute en el alma, que deja huellas.

Huellas que son tan  eternas y tan efímeras como la vida.

Tanto y tan poco,
la intensidad de la mirada.

Julio Virgolini